sábado, 5 de marzo de 2016

Petaloso

Conocía de oídas esta bonita historia y este sábado me encontré de nuevo con ellas a través del blog de uno demis profesores más admirados: El Aldarve,  Miguel Ángel Santos Guerra. No he podido evitar reproducirla aquí, en el blog de las Historias diminutas, donde se escriben en realidad grandes y hermosas historias. Esta es una de ellas. Resulta muy parecida a otras que se cuentan aquí y a muchísimas que ocurren todos los días en nuestras aulas.  Os invitamos a leer la reproducción de la noticia y a que os paséis por el blog citado de Miguel Ángel Santos Guerra para disfrutar de este y muchos otros artículos sobre la educación.

La gran aventura del pequeño Matteo


“Italia es una emoción contenida en las pequeñas cosas, el corazón que dibuja el camarero sobre el capuchino, los “isocarro” llenos de flores bajo la ropa tendida del Trastevere o ese idioma tan bello y exagerado que al traducirlo pierde la magia: “Sei bella da morire”. A esa categoría de las emociones pertenece también la aventura del pequeño Matteo y su palabra inventada: petaloso (flor llena de pétalos).
La historia comienza hace unas semanas en una clase de lengua de tercera elemental –chavales de ocho años, el equivalente a tercero de primaria en el sistema español—del colegio Marchesi de Copparo, un municipio de unos 16.000 habitantes en la provincia de Ferrara, en el norte de Italia. Ese día toca hablar de los adjetivos. Y el pequeño Matteo aplica a una flor –que en italiano es masculino, “ fiore”— el adjetivo “petaloso” para explicar que está llena de pétalos. La palabra no existe en italiano y por tanto la maestra, que por cierto se llama Margherita, señala la respuesta como fallida. Pero no se queda ahí. “Cuando corregí el examen”, explica Margherita Aurora al Corriere della Sera, “marqué ‘petaloso’ como un error, pero añadí un círculo rojo para señalar que se trataba de un bello error. La palabra me gustaba, y por eso se me ocurrió preguntar la opinión de la Crusca [la Accademia della Crusca, el instituto nacional para la salvaguarda del italiano]”.

La maestra Margherita Aurora no toma la iniciativa en solitario, sino que recuerda a sus alumnos para qué sirve la academia de la lengua y le pide a Matteo que sea él mismo quien se dirija a la Crusca para solicitar la entrada de su palabra inventada en el bello jardín del italiano. La historia, una pequeña historia de un pequeño pueblo del norte de Italia, se hubiese marchitado ahí si no fuese porque el martes el cartero deja una carta en el colegio Marchesi dirigida a Matteo. El membrete, nada más y nada menos, era de la “Accademia della Crusca, vía di Castello, 46. Firenze”.

Con una emoción y una algarabía fáciles de imaginar, la profesora abre la carta delante de sus alumnos y lee el texto firmado por Maria Cristina Torchia, consejera lingüista de la Crusca: “Querido Matteo. La palabra que has inventado es una palabra bien formada y podría ser usada en italiano, como son usadas otras palabras formadas de la misma manera. Tú has puesto juntas pétalo+oso=lleno de pétalos, con muchos pétalos”. La representante de la academia pone incluso algunos ejemplos, como “pelo+oso= peloso, lleno de pelos o con muchos pelos”. La carta concluye explicando al pequeño Matteo que, para que una palabra nueva pueda entrar en el vocabulario, “no es suficiente con que sea conocida y usada solo por quien la ha inventado, sino que la usen muchas personas y que muchas personas la entiendan”. Y, lo más curioso y tal vez lo más emocionante, la academia de la lengua italiana da un consejo a Matteo: “Si logras difundir tu palabra entre muchas personas y muchas personas en Italia comienzan a decir y a escribir ‘com’e petaloso questo fiore!’ o, como tu sugieres, ‘le margherite sono fiori petalosi’, entonces ‘petaloso’ se convertirá en una palabra más del italiano”.

Dicho y hecho. A través de su cuenta de Twitter, la profesora Margherita Aurora envía el martes un mensaje en el que cuenta la historia y su satisfacción por la imaginación de Matteo y por la respuesta de la academia: “Para mí vale como mil lecciones de italiano”. El resto lo hacen las redes sociales. Hasta el jefe del Gobierno, Matteo Renzi, se congratula en Twitter de la inventiva de su tocayo: “Gracias al pequeño Matteo, gracias a la Accademia Crusca. Una historia bella, una palabra nueva: petaloso”.