jueves, 13 de diciembre de 2018

El castigo (villancico)

El castigo
(Villancico)
No quiere la sopa,
no quiere comer;
la Virgen le riñe,
le advierte José:
 ¡Si no te la comes 
te castigaré! 

María, asombrada;
atónito José:
¡El niño, enfadado, 
tiró del mantel!
Con solo tres años
no saben qué hacer. 
 ¿No es Dios el pequeño?
 ¿Cómo puede ser?
¿Con esas rabietas,
cómo va a ser Rey?

María no sabe,
no sabe qué hacer:
 Merece un castigo 
pero no soy quién:
¿Cómo castigarle
si Él hizo la ley?

El niño sonríe, 
levanta después:
 No te apures, madre,
yo sé lo que hacer.
El niño se pone 
cara a la pared:
"Si toca un castigo,
me castigaré." 

Su madre le besa, 
le abraza José
y se ponen todos
frente a la pared. 
Terminan riendo,
jugando también...

Al fin, de la sopa
¿sabe alguien qué fue?
¡La ha comido el gato!
Ríen otra vez.

NOTA: En la primera década del siglo XXI, en el Colegio Antonio de Nebrija había un niño que se llamaba Manuel. Era grandote y bruto para sus cuatro años, pero alegre y noble como ninguno. Estrella, su profe de E. Infantil y yo, su profe de logopedia, hablábamos a veces de su alocado carácter. En una ocasión su tutora me contó una anécdota que me ha inspirado este villancico. 
Un día tuvo que reprenderle por ser demasiado brusco con sus compañeros. Él, sin que su profe acabara la reprimenda se levantó enfurruñado y se fue directamente al rincón asumiendo un castigo que nadie le había impuesto. Su profesora, asombrada, acudió a explicarle que no estaba castigado, pero que debía portarse mejor con los compañeros. Pero él, cabezota y noble, se mantuvo en el rincón cumpliendo su autocastigo
Esta es otra de las enanas historias que nos conmueven e inspiran. Aquí os dejo, pues, este villancico dedicado al pequeño Manuel y su seño Estrella.