jueves, 23 de febrero de 2012

Pablo siempre nos sorprendía con su curiosidad y amplios conocimientos sobre la historia. Una mañana preguntó de pronto en la asamblea: "¿Sabeis lo que es el infinito?"  Sus compañeros le miraron con cara de asombro "¿El infinito?" preguntaron. Presté atención deseosa de saber que palabras utilizaría para explicar tan abstracto concepto y escuché su respuesta:
"¿No lo sabeis? ¡¡El infinito es un ocho tumbado!!"

                                             

1 comentario:

  1. Muy bueno: ¡Elemental, querido Watson, la explicación es sencillísima.

    ¡Es que cuando un ocho se tumba a pensar...!

    No anda tan desencaminada la respuesta: al fin y al cabo cinta de Moebius que presenta la forma de un ocho es una muy adecuada representación del infinito. Esa cinta tiene una sola cara y no dos como tendría de no estar unidos sus extremos como dije, o como las tiene una hoja de papel cualquiera. Para comprobar esa insólita propiedad, se toma un bolígrafo y desde un punto cualquiera de la cinta se va trazando una línea paralela a sus bordes la cual se va prolongando a lo largo de la cinta hasta que vuelva al punto de partida. Podrá comprobarse que recorre toda la cinta sin que quede una porción de la misma sin recorrer y sin tener que pasar por el borde de una cara a la otra por la sencilla razón de que solo tiene una cara. En el filme "Moebius" se presenta una línea de metro o tren subterráneo en la cual los vagones ruedan y ruedan sin encontrar tope alguno porque esa línea tiene la forma de una Cinta de Moebius. Los pasajeros viajan eternamente sin llegar a paradero alguno. Su viaje no tiene fin su viaje es infinito. Vista de perfil la cinta de Moebius, recuerda la curva llamada Lemniscata de Bernouilli, curiosamente la forma del símbolo ∞ de infinito.

    Y si alguno piensa que la del niño es una respuesta estúpida les recuerdo esta frase de Albert Einstein:
    “Sólo dos cosas son infinitas, el Universo y la
    estupidez humana, y de la primera no estoy
    seguro”.

    Por cierto, esta historia me trae a la cabeza otra que, aprovechando el permiso de edición de la Estrella, adminsitradora del blog, paso a relatar en la siguiente entrada.

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