Me lo contaba el pequeño Alberto, que ha sacado esta evaluación todos sobresalientes (y aseguro que merecidamente):
- Profe, mi hermano Rodrigo sacó un año un 12 en un examen.
- ¿Cómo puede ser eso -repliqué yo- si los exámenes son sobre 10 y sólo hay 10 preguntas?
Mi alumno sonrió y mirándome pícaramente contestó:
- Había estudiado el examen y se lo sabía muy bien. Lo terminó enseguida y como se aburría se inventó preguntas y las fue respondiendo, así hasta que recogieron. Cuando el profesor lo vio le puso dos puntos más por las preguntas añadidas.
¡Bravo por el hermano y por su profe!
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